jueves, 1 de octubre de 2020

Despidiéndome del sol


 

Mientras observo el sol zambullirse tras la línea que forman los árboles al fondo del valle, a mi memoria acuden los recuerdos que contigo comparto.

La mañana en que te acercaste por primera vez a mí, con la inquietud de averiguar qué hora era como única excusa; la noche en que, asomados a una azotea, por primera vez me dijiste “te quiero”; aquella en que nuestros cuerpos, dejando atrás dudas y arrepentimientos, por fin se hicieron uno; cuando deslicé ese modesto anillo por tu dedo, que tanto significaba para nosotros; aquel día en que, unos meses después, volviste a casa con la tristeza en tu mirada, pues todo había cambiado; las semanas siguientes, en que aprovechamos cada instante, disfrutando el uno del otro; y finalmente, esta tarde, contemplando el calmo paisaje en que se enclava esta tu morada durante los últimos días, donde tantas palabras nos dedicamos, sonrisas nos regalamos y besos compartimos.

Llegaste aquí buscando una última oportunidad, un giro para nuestras vidas. Tristemente, no ha podido ser, pero estoy orgulloso de ti. Hiciste todo lo que estuvo en tu mano, siempre sonriente, con ese brillo de ilusión en tus ojos.

Ahora, sentado a tu lado en el jardín delantero del sanatorio, las lágrimas nublan mi vista. Encierro tu mano entre mis dedos, tratando de retenerte. Y sin embargo, no puedo impedir que tu último aliento vuele a lo lejos, dejando atrás tu desgastado cuerpo, siguiendo a ese sol que se oculta tras las montañas. Diciéndome adiós por última vez.




Imagen: https://images.app.goo.gl/1ZZBv3ax8B95snCq6

No hay comentarios:

Publicar un comentario